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Solaria obtiene autorizaciones ambientales para 908 MWh de baterías en Castilla y León y Castilla-La Mancha

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Solaria Energía y Medio Ambiente ha obtenido las Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) favorables para la instalación de 908 megavatios hora (MWh) de baterías en 11 plantas fotovoltaicas ubicadas en Castilla-La Mancha y Castilla y León, según ha indicado en un comunicado.

Así, el grupo de renovables presidido por Enrique Díaz-Tejeiro ha destacado que esta nueva capacidad de almacenamiento «permitirá avanzar en la estrategia de hibridación de la compañía, integrando baterías en sus activos de generación para mejorar la flexibilidad del sistema eléctrico y optimizar la operación de sus plantas solares».

Este hito se suma a la reciente aprobación ambiental obtenida por Solaria para instalar 780 MWh de almacenamiento en su complejo fotovoltaico de Garoña (Castilla y León) de 710 megavatios (MW), uno de los mayores desarrollos solares de España.

Las baterías y los activos solares de Solaria
De este modo, con ambas autorizaciones, Solaria «consolida su posición como uno de los operadores líderes en almacenamiento renovable a gran escala». Durante 2025, la compañía ya ha cerrado la adquisición de 1.362 MWh de baterías, de los cuales un primer bloque de 116 MWh entrará en operación antes de fin de año y los 1.246 MWh restantes se conectarán de forma progresiva a lo largo de 2026.

El consejero delegado de la firma ha destacado que «la integración de almacenamiento en sus activos solares es clave para reforzar la estabilidad del sistema eléctrico europeo, reducir riesgos regulatorios y avanzar hacia un modelo energético más eficiente y digitalizado».

«Estos hitos confirman el liderazgo de Solaria en la hibridación fotovoltaica en España y consolidan nuestra hoja de ruta para los próximos años», ha añadido. Por otra parte, la firma ha señalado que su plan de hibridación y digitalización permitirá «no solo optimizar la producción renovable, sino también abrir nuevas oportunidades de ingresos a través de servicios auxiliares y arbitraje eléctrico, reforzando su papel en la transición energética europea».

Para terminar, la empresa ha subrayado que con dichas autorizaciones ambientales continúa avanzando en su «objetivo estratégico de construir la mayor plataforma híbrida de energía solar y almacenamiento de Europa».

Baterías de almacenamiento: claves para elegir la configuración adecuada según normativa y aplicación

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Texto:
Maribel Cotolí Cáceres
Ingeniera Industrial de Arram Consultores SL

“El almacenamiento energético mediante baterías se ha consolidado como un componente clave en la transición energética y la gestión de redes eléctricas más flexibles. Sin embargo, no todas las soluciones de almacenamiento son iguales. A la hora de diseñar e implantar una instalación de baterías, existen múltiples factores técnicos y normativos que condicionan su rendimiento, viabilidad económica y prioridad de operación.

Una de las primeras decisiones clave es el tipo de contenedor que albergará las baterías y si éste incluye o no los inversores integrados. Los sistemas de almacenamiento modulares tipo contenedor con inversores integrados presentan la ventaja de ofrecer soluciones compactas, preinstaladas y listas para su conexión, lo que simplifica la logística, el montaje en campo y la integración en proyectos. Esta modalidad, cada vez más popular entre fabricantes líderes, reduce los riesgos técnicos asociados a la interoperabilidad y acorta los plazos de puesta en marcha. Se podría decir, incluso, que es la única opción a elegir en aquellos proyectos con problemas de espacio, sobre todo eligiendo al fabricante adecuado. Sin embargo, su principal inconveniente radica en la posible dependencia tecnológica del fabricante (vendor lock-in), que puede limitar futuras ampliaciones o adaptaciones.

Por el contrario, los sistemas en los que los inversores se ubican fuera del contenedor permiten una mayor versatilidad en el diseño del sistema y una adaptación más fácil a distintas topologías de red o estrategias de operación. Esta alternativa, más abierta, es ideal para proyectos que requieren un alto grado de personalización o para operadores que prefieren mantener el control sobre los distintos elementos del sistema. No obstante, requiere mayor complejidad en la ingeniería y más espacio físico, además de una planificación más cuidadosa para garantizar la compatibilidad entre los distintos equipos. Además, el hecho de que los inversores se sitúen fuera del contenedor de baterías implica que la instalación eléctrica entre ambos elementos debe realizarse en corriente continua (DC), lo que introduce consideraciones técnicas específicas. A diferencia de las conexiones en corriente alterna (AC), propia de plantas de almacenamiento con inversores integrados, las líneas de DC requieren un diseño cuidadoso en cuanto a distancias, secciones de cableado, protección contra sobretensiones y coordinación de equipos de desconexión. Aunque esta configuración ofrece mayor libertad para seleccionar y dimensionar el inversor de forma independiente, también supone una mayor complejidad en campo, tanto en la ingeniería como en la puesta en marcha. Además, la operación en DC entre contenedor e inversor implica una supervisión más estricta de la seguridad eléctrica, especialmente en lo relativo a las corrientes de fuga, el aislamiento y la detección de fallos a tierra.

Otro elemento decisivo es la capacidad temporal del sistema: es decir, cuántas horas puede operar la batería a su potencia nominal. En el contexto regulatorio actual, y bajo el marco del Real Decreto 1183/2020, las instalaciones con al menos 2 horas de almacenamiento comienzan a ser consideradas como gestionables, lo que les otorga ciertas ventajas operativas. Sin embargo, son los sistemas con una duración de 4 horas los que están llamados a tener un papel protagonista. La regulación actual y las futuras subastas contemplan dar prioridad de despacho a las instalaciones hibridadas con almacenamiento que puedan garantizar esta autonomía de 4 horas, consolidando así su atractivo para proyectos renovables con mayor penetración en el mercado.

El Real Decreto-ley 7/2025, aprobado por el Gobierno en junio, proponía medidas ambiciosas para reforzar esta visión, como la prioridad de despacho para sistemas híbridos, la exención de evaluación ambiental o la declaración de utilidad pública para instalaciones de almacenamiento. No obstante, dicho real decreto-ley no fue convalidado por el Congreso el 22 de julio de 2025, por lo que todas estas medidas han quedado sin efecto y no son actualmente aplicables. La normativa vigente sigue siendo, por tanto, la que se deriva del RD 1183/2020 y de la normativa comunitaria.

Esta capacidad de almacenamiento no solo es relevante desde el punto de vista normativo, sino también técnico y económico. Las baterías de 2 horas pueden ser suficientes para aplicaciones como la regulación de frecuencia o la estabilización de red, pero en escenarios de arbitraje energético, integración de renovables o gestión de picos de demanda, la opción de 4 horas ofrece un margen de operación mucho más amplio y rentable. A pesar de su mayor coste inicial, la tendencia del sector apunta claramente hacia este tipo de soluciones de mayor capacidad.

Ejemplo de planta de almacenamiento STAND ALONE, con contenedores de baterías de 2 horas de almacenamiento e inversores integrados

En relación con la integración del sistema en el entorno energético, existen dos grandes modelos de implantación: el almacenamiento hibridado con instalaciones de generación renovable y el almacenamiento stand-alone o conectado de forma independiente a la red. En el primer caso, el sistema de baterías comparte punto de conexión con una planta fotovoltaica o eólica, y puede alimentarse directamente de la energía generada. Esta configuración, amparada también por el RD 1183/2020, simplifica los trámites administrativos y permite aprovechar al máximo la energía excedentaria, contribuyendo a un mayor grado de autosuficiencia energética. Aunque el RDL 7/2025 iba a reforzar estas ventajas con nuevas medidas de tramitación preferente y simplificación ambiental, su rechazo en el Congreso ha dejado vigente el marco anterior.

Por otro lado, los sistemas stand-alone no dependen de ninguna fuente renovable propia y se conectan directamente a la red. Su principal ventaja es la libertad operativa: permiten cargar y descargar según las condiciones del mercado eléctrico, siendo muy útiles en esquemas de arbitraje, regulación de frecuencia o participación en mercados de capacidad. A pesar de esta flexibilidad, estos sistemas suelen tener menor prioridad de despacho y no cuentan con los beneficios regulatorios que sí se otorgan a las instalaciones híbridas.

En ambos casos, la evolución normativa tanto en España como en la Unión Europea avanza hacia una mayor integración del almacenamiento como actor esencial del sistema eléctrico. La nueva Directiva europea sobre baterías (UE 2023/1542), así como el Reglamento de emergencia sobre aceleración de renovables (UE 2022/2577), refuerzan el papel del almacenamiento como solución prioritaria, al tiempo que establecen requisitos más exigentes en materia de seguridad, trazabilidad, huella de carbono y reciclaje.

En definitiva, la elección entre uno u otro tipo de batería no puede hacerse de forma aislada. Factores como la integración del inversor, la duración del sistema, el tipo de operación (híbrida o independiente), así como el cumplimiento de la normativa vigente, deben formar parte de una estrategia técnica y económica bien alineada con los objetivos del proyecto. Contar con el asesoramiento adecuado y una visión clara del marco regulatorio permitirá a promotores y clientes invertir en soluciones robustas, rentables y preparadas para el futuro energético europeo, por ello, desde ARRAM estamos dispuestos a ayudarte, ya que si algo nos define que es la pasión por lo que hacemos”.

Naturgy y Ciuden dan una segunda vida a las baterías de los coches en este municipio de la provincia de León

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Han concluido de forma exitosa las primeras pruebas para instalar un sistema de almacenamiento energético a partir de este reciclaje

Naturgy ha colaborado con la Fundación Ciudad de la Energía (CUIDEN), una entidad que está adscrita al Instituto para la Transición Justa (ITJ) y que depende directamente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).

Unidos han concluido de forma exitosa las primeras pruebas para instalar un sistema de almacenamiento energético que se basa en baterías de segunda vida, y que proceden de vehículos eléctricos de la marca Mercedes-Benz.

Esas baterías se emplean para unas pruebas de doble procedencia: por un lado, habían sido descartadas en su fábrica por una degradación temporal, o bien se decidió retirarlas de la circulación tras su uso en las carreteras.

De esta forma, gracias al proyecto se han llevado a cabo unas instalaciones de 0,5 MWh de capacidad de almacenamiento energético aproximadamente. Todo ello a partir de esos sistemas de baterías con segunda vida.

En los próximos dos años, se esperan realizar unas pruebas exhaustivas que analicen el comportamiento de las baterías en diferentes escenarios, para poder conocer el rendimiento y degradación de estas e incrementando su eficiencia a largo plazo.

Por su parte, Jesús Chapado, encargado de la dirección del área de Innovación de Naturgy, ha explicado que “este proyecto aborda uno de los grandes retos de futuro”.

“Como lo es encontrar una nueva utilidad para las baterías de vehículos eléctricos al final de su vida útil, un residuo que está destinado a crecer significativamente en los próximos años».

«Sin duda, la innovación es la herramienta clave en la búsqueda de soluciones energéticas limpias para la transición en la que nos encontramos inmersos”.

Javier Quiñones, director ejecutivo del área de I+D+i de Ciuden, ha contado que “este proyecto demuestra cómo ideas basadas en la economía circular permiten un significativo avance en la descarbonización de nuestra sociedad”.

Así, “los resultados de esta colaboración público-privada serán impulsores tanto desde el punto de vista mercantil, como del desarrollo en la utilización de energías renovables, minimización de la huella de carbono y de la generación de residuos”.

“Desde CIUDEN nos sentimos orgullosos de que nuestro Centro de Desarrollo de Tecnologías sea visto por las empresas del sector energético como una herramienta de valor en el desarrollo y/o evaluación de sus productos comerciales”, ha concluido.

Baterías de segunda vida
El proyecto comenzó hace un año, y ha permitido extraer el potencial de esas baterías afectadas que ya no cumplen su función para ser utilizadas en automoción.

Estas baterías están lejos de ser inservibles, permiten exportar una utilidad en otras aplicaciones, lo que genera beneficios ambientales y económicos.

Cuando las baterías alcanzan esa vida útil en los vehículos eléctricos, conservan aún entre un 70 por ciento y un 80 de su capacidad.

Así, pasan a ser las candidatas idóneas para esta aplicación que consiste en el almacenamiento de energía renovable o bien para su prestación de servicios en la red eléctrica.

Naturgy Innovahub y CIUDEN firmaron en 2023 un acuerdo de colaboración, con el objetivo de evaluar el comportamiento de las baterías de segunda vida a lo largo de dos años de pruebas.

Así, el proyecto se está haciendo en las instalaciones del Centro de Desarrollo de Tecnologías de CIUDEN en Cubillos del Sil (León).

También, sumará la participación de la startup europea Octave, que se va a encargar de desarrollar el reacondicionamiento de las baterías, así como la integración del software de control del sistema de almacenamiento.

Naturgy impulsa un proyecto en Cubillos del Sil para reconvertir baterías de vehículos en sistemas de almacenamiento de energía

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Naturgy, a través de Naturgy Innovahub, su vehículo enfocado en la investigación en tecnologías ligadas a la transición energética, y la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), adscrita al Instituto para la Transición Justa (ITJ) dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), han formalizado un convenio de colaboración para el desarrollo de un proyecto pionero en el campo del almacenamiento energético a partir de baterías de segunda vida procedentes de vehículos eléctricos, lo que supone un hito en la búsqueda de soluciones energéticas sostenibles.

Con este acuerdo de colaboración, Naturgy y Ciuden testarán un novedoso sistema de almacenamiento estacionario a partir de baterías procedentes de vehículos eléctricos, capaz de proveer servicios de soporte a la red eléctrica. Este sistema está formado por tantos módulos de baterías como capacidad de almacenamiento se quiera alcanzar, y se trata de una solución que se podría emplear tanto para dar soporte a la red eléctrica como para el ámbito industrial y residencial asociado a instalaciones de autoconsumo.

Sistemas de almacenamiento
Los sistemas de almacenamiento generados, con mayor potencia y duración que las baterías de vehículos de los que parten, permitirán el almacenamiento de energía tanto en proyectos hibridados con plantas renovables como stand alone. Por tanto, sus aplicaciones pueden ser diversas: gestión de la generación renovable, arbitraje, respaldo en caso de fallas, peak shaving. La capacidad prevista de estos sistemas será de unos 450 kWh, a través de baterías que serán integradas en contenedores estandarizados diseñados para su ubicación en exteriores.

El proyecto, planteado a 2 años y financiado por Naturgy, se desarrollará en las instalaciones del Centro de Desarrollo de Tecnologías de Ciuden en Cubillos del Sil (León), y sumará la participación de la start-up europea Octave, que se encargará de realizar el reacondicionamiento de las baterías, así como de desarrollar e integrar el software de control del sistema de almacenamiento.

Hito para la economía circular
Este proyecto representa un importante hito para la economía circular, ya que busca soluciones energéticas más sostenibles aprovechando recursos existentes, como son las baterías de vehículos eléctricos, prolongando su vida útil y reduciendo el impacto ambiental de su reciclaje.

Jesús Chapado, director de Innovación de Naturgy, ha señalado que la innovación “es la herramienta clave en la búsqueda de soluciones energéticas limpias para el futuro. Además, este proyecto es un claro ejemplo del modelo de innovación de la compañía, diseñado para tejer redes de colaboración con el ecosistema que permitan responder a la complejidad del entorno y resolver los retos de forma ágil y eficaz”.

Por su parte, Javier Quiñones, director del área de I+D+i de Ciuden, ha indicado que esta colaboración público- privada “refuerza las líneas de innovación del Centro enmarcadas en el proyecto de almacenamiento energético. Además, favorece la aplicación directa en el mercado de los resultados obtenidos, siendo de gran utilidad para potenciar el uso de energías renovables y la descarbonización de nuestra economía”.

Cubillos del Sil, en León, contará con la primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos de la península Ibérica

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La primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos en la Península Ibérica se instalará en Cubillos del Sil (León) y entrará en operación a finales de 2023, gracias a una iniciativa de Endesa, en alianza con Urbaser. Con una inversión de 13 millones de euros, la instalación nace al amparo del Plan Futur-e de Endesa, a través del cual la compañía energética paliará el final de la operación de la central térmica de Cubillos del Sil (León), que ya se encuentra en proceso de desmantelamiento.

La nueva planta de reciclaje de baterías es uno de los 7 proyectos aprobados recientemente por el Ministerio de Transición Ecológica, la Junta de Castilla y León, las alcaldías de Ponferrada y de Cubillos del Sil, la Universidad de León y Endesa.

La nueva empresa conjunta gestionará la recogida de baterías eléctricas en España y Portugal, su almacenamiento temporal seguro y su transporte a Cubillos del Sil, para su posterior tratamiento. En las nuevas instalaciones de Cubillos del Sil, serán adaptadas, para su reutilización, aquellas baterías que admitan esa operación. Las restantes serán descargadas eléctricamente, desmontadas y sometidas a un proceso de separación y trituración que permitirá reciclar los materiales presentes, como plásticos, aluminio y cobre, así como el “black-mass”, que constituye la fracción rica en metales estratégicos, de gran valor en Europa, como son el cobalto y el níquel, ambos esenciales para la fabricación de nuevas baterías.

El calendario del proyecto se ha definido con el objetivo de iniciar cuanto antes las tareas de construcción, de modo que la planta pueda entrar en operación a finales de 2023. No obstante, se prevé iniciar la actividad logística con antelación, por lo que la recogida, el transporte y el almacenamiento de las baterías, en condiciones seguras, se adelantará para garantizar el volumen necesario que, en su momento, permita arrancar la planta a pleno rendimiento. El desarrollo de estas actividades generará unos 50 empleos directos, más otros tantos indirectos aún por cuantificar. Esta planta satisfará la demanda de reciclaje tanto en España como en Portugal, estimando una capacidad de tratamiento anual de 8.000 toneladas de baterías eléctricas.