transición energética
Sodebur busca la concienciación de los municipios acerca de la transición energética
El pasado 5 de mayo se celebró en el Salón de Actos del Monasterio de San Agustín (Burgos) la jornada “Municipios hacia la transición energética”, organizada por la Sociedad para el desarrollo de la provincia de Burgos (SODEBUR).
El objetivo principal de la jornada fue dar a conocer las medidas que los ayuntamientos pueden implementar para promover la sostenibilidad energética; medidas como el autoconsumo o las comunidades energéticas, las cuales pueden ser desarrolladas por el Ayuntamiento o en colaboración con otros agentes.
Las comunidades energéticas son probablemente la herramienta principal para acelerar la consecución de los objetivos climáticos y servirán para catalizar la participación ciudadana en la transición energética hacia un nuevo modelo rural energético rentable basado en la gestión sostenible de nuestros recursos.
Las comunidades locales de energías renovables permiten desarrollar proyectos impulsados por la población, pymes, cooperativas o entidades locales en ámbitos como las renovables, la eficiencia energética o la movilidad sostenible. Los agentes involucrados en estas comunidades son, a su vez, productores y consumidores de su propia energía limpia, lo que redunda en una mayor democratización del sistema energético y en un importante ahorro para el consumidor final.
La jornada estuvo dirigida principalmente a representantes y técnicos municipales con el objetivo de ofrecerles información que les permita desarrollar una transición energética a un nuevo sistema energético limpio, abierto y participativo.
Las ponencias comenzaron con la intervención de Margarita Ortega, responsable de proyectos del Departamento Solar y Autoconsumo del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), en la que expuso cuál es la situación actual y marco normativo del autoconsumo en España.
A continuación, Rafael Ayuste, Jefe del Departamento de Planificación y Promoción de Proyectos Energéticos del Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN), ofreció a los asistentes (mayoritariamente representantes y técnicos municipales), una serie de pautas y claves que los ayuntamientos pueden implementar en sus territorios para mejorar energéticamente.
En la segunda parte del encuentro, con la finalidad de acercar a los asistentes a un nuevo concepto que está teniendo mucho interés últimamente a nivel local, Francisco Puente, representante de ESCAN Consultores, centró su ponencia en explicar qué es una comunidad de energía renovable y los principales pasos que se deben seguir para impulsar su constitución. Seguidamente, se pasó a conocer en primera persona, una serie casos prácticos, entre los que se contó la experiencia en este tipo de proyectos e iniciativas llevadas a cabo por la Asociación de Guzmán Renovables (Burgos), Puente la Reina – Gares (Navarra), Energética Cooperativa o Megara Energía en la Hacendera Solar de Castilfrío de la Sierra.
Firmado el protocolo para elaborar los Convenios de Transición Justa para Velilla-Guardo, la Montaña Central Leonesa-La Robla y Bierzo-Laciana
Destacan las iniciativas vinculadas con el turismo, energías renovables, la agricultura y la ganadería, que reflejan la voluntad de los agentes implicados de hacer de la transición energética un motor de crecimiento
La secretaria de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), Sara Aagesen, el consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, Carlos Javier Fernández y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han firmado el pasado 23 de noviembre, de forma telemática, los Protocolos de Actuación que desembocarán en la firma de los Convenios de Transición Justa para Velilla-Guardo, la Montaña Central Leonesa-La Robla y Bierzo-Laciana.
Los proyectos que se desarrollen en el marco de los Convenios de Transición Justa servirán para dinamizar la actividad económica de la zona hacia un nuevo modelo productivo diversificado y sostenible que garantice la recuperación y la reactivación económica.
Los Protocolos de Actuación son documentos suscritos entre representantes de la Administración General del Estado (AGE), la comunidad autónoma y los entes locales para reflejar el compromiso adquirido por las diferentes Administraciones para trabajar conjuntamente en la elaboración los Convenios. Así, actúan como garantía para los diferentes actores y para los ciudadanos de las zonas afectadas por la transición energética.
Con el fin de elaborar herramientas adecuadas a las necesidades del territorio, el MITECO abrió el 16 de junio los procesos de participación pública para la elaboración de los distintos convenios de transición por parte del ITJ. El objetivo de estos mecanismos es que los agentes económicos y sociales de la zona afectada formen parte activa del proceso de transformación económica en su territorio, aportando iniciativas que servirán de base para la elaboración del Convenio de Transición Justa para la zona.
Como resultado, se han recogido 839 ideas y propuestas remitidas por más de 200 agentes del territorio: representantes de la Administración central y autonómica, administraciones comarcales, ayuntamientos, empresas, sindicatos, asociaciones ecologistas, grupos de acción local y desarrollo rural, varias ONG y centros educativos y de investigación, entre otros.
Proyectos innovadores y sostenibles
De las ideas y propuestas de proyectos recibidas, cabe destacar las vinculadas con el turismo, las energías renovables, la agricultura y la ganadería, que reflejan la voluntad de los agentes implicados de hacer de la transición energética un motor de crecimiento. También se han recibido propuestas para contribuir a la diversificación económica del territorio con iniciativas sobre alimentación, almacenamiento de energía, industria agroalimentaria y manufacturera, servicios a las empresas e ingeniería civil.
Todas las propuestas serán evaluadas como parte del proceso de elaboración de los Convenios de Transición Justa para Velilla-Guardo, la Montaña Central Leones-La Robla y Bierzo-Laciana. Tras su selección, la ejecución de los proyectos se acompañará mediante diferentes líneas de ayuda y otros instrumentos de apoyo.
Estas inversiones y proyectos generadores de empleo impulsarán la transición de la actividad económica de la zona, estrechamente vinculada a la extracción de carbón y la producción energética a partir de este combustible, hacia un nuevo modelo productivo verde e inclusivo que garantice nuevas oportunidades en el territorio.
La UE prevé que Castilla y León genere unos 22.000 empleos ‘verdes’ en diez años con la transición energética
Según recoge el informe ‘Las tecnologías de energía limpia en las regiones del carbón: oportunidades de empleo y crecimiento‘, que acaba de publicar el Centro Común de Investigación, más de la mitad de los territorios afectados crearán más empleos de los que actualmente existen ligados al carbón durante la transición energética.
Entre ellos, sitúa a Castilla y León, que se enmarca dentro de las comunidades con alto potencial de empleo con la energía eólica donde el estudio europeo prevé un mayor nicho de empleos dentro de las fuentes renovables. Por detrás se sitúa la biomasa y, a una mayor distancia, la solar fotovoltaica.
La Comisión Europea pronostica estas cifras para las cinco comunidades carboneras en transición: Asturias, País Vasco, Castilla-La Mancha, Aragón y Castilla y León, cuya previsión mínima de empleos oscila entre los 4.000 de la primera y los 21.379 de la última, la mayoría en las cuencas leonesas y palentinas.
El gran reto de la transición energética es lograr generar un tejido económico alternativo que permita paliar la pérdida de puestos de trabajo asociados al carbón y los procesos contaminantes.
Pero las oportunidades de empleo en la transición no se limitan al auge de las energías limpias. La eficiencia energética aplicada a los edificios también ofrece posibilidades.
El uso de los combustibles fósiles bajará del 85 al 50% en el 2040
La transición energética en España y el mundo continúa hacia una menor dependencia de los combustibles fósiles, aunque su uso seguirá siendo importante todavía en los próximos años. Esa es la conclusión de una reciente jornada organizada por la petrolera BP España ante los retos planteados por el sector energético.
Según estimaciones de BP, para el año 2040, el Producto Interior Bruto se duplicará fruto del aumento de la población mundial y el incremento en la prosperidad de las personas que viven en países en vías de desarrollo, progreso que conllevará un crecimiento del 33% de la demanda de energía. Por tanto, el sector energético se enfrenta a un doble reto: por un lado, dar respuesta a esa mayor demanda energética que el mundo necesita para continuar desarrollándose y, por otro, seguir reduciendo las emisiones de CO2 para limitar el calentamiento global.
En esta transición energética en marcha, que llevará muchos años, los combustibles fósiles, que hoy en día representan el 85% de nuestra energía primaria, mantendrán una importante cuota en el mix energético. Así, el petróleo y el gas acapararán en torno al 50% en el año 2040, mientras que el carbón será el que experimente una mayor volatilidad según las diferentes estimaciones, pudiendo suponer desde un 20% en los escenarios más continuistas, hasta un 10% en aquellos escenarios en los que un precio alto por tonelada de CO2 le penalice en mayor medida.
Para el año 2030, los países de la UE tienen como objetivo reducir sus emisiones un 40% respecto a los niveles de 1990, lo que para España supone 150 millones de toneladas de CO2 anuales. Según un estudio realizado al respecto por la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP) y KPMG, ya se ha alcanzado una reducción de 120 millones al año. En la generación eléctrica las inversiones han permitido que la energía eólica y solar alcanzasen, conjuntamente, el 11% del mix de energía primaria – frente al 4% a nivel mundial, y el 25% en el mix de generación eléctrica.
Pero este esfuerzo no se ha quedado solo en el sector eléctrico, sino que todos los sectores de la economía han contribuido a la reducción de emisiones por la vía de la eficiencia energética: en el caso del sector del refino, en los últimos diez años se han reducido en un 7%, al tiempo que la producción aumentaba un 7%, con lo que la intensidad de las emisiones del refino se ha reducido en un 14%. Lo mismo se puede decir del sector del transporte, que redujo sus emisiones en un 15%, mientas el tráfico se reducía en un 3%, alcanzándose por ello un eficiencia energética de un 12% en este sector.
Según los participantes en la Jornada, los coches con motor eléctrico aún no son competitivos en costes frente a aquellos con motor de combustión interna, y aún será necesaria una década para que el desarrollo tecnológico haga que los costes se igualen. En definitiva, la electrificación del transporte por carretera se acelerará en los próximos años, pero dependerá de factores como la reducción de costes del desarrollo tecnológico, la resolución de las limitaciones existentes actualmente en cuanto a autonomía de las baterías, la rapidez de la recarga, las infraestructuras necesarias, la legislación y los gustos de los consumidores.
La puesta en marcha de 5.000 MW de nueva potencia eólica en 2020 reducirá las emisiones del sector eléctrico un 13%
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) y la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) celebraron una jornada conjunta en el marco de la Feria GENERA para analizar “El nuevo modelo de sociedad ante la Transición Energética«. Para los participantes, la energía eólica es fundamental en la transición energética al haber alcanzado su competitividad con los precios actuales de mercado. Todo ello obligaría a medio y largo plazo es necesario establecer unos objetivos para 2030 y 2050 acordes con el reto de descarbonizar el consumo energético español.
Otro de los temas de debate más importantes planteados es que el vehículo eléctrico y las energías renovables deben ir de la mano en su desarrollo, ya que el modelo energético y las formas de movilidad determinarán el éxito de las ciudades futuras. Hay que recordar que Castilla y León es la primera región española en megawatios eólicos y en energía eólica producida.
Según Juan Virgilio Márquez, director general de AEE, “los próximos años supondrán una revolución para el sector de la energía desde el punto de vista de la producción y el consumo. La transición energética es una prioridad y es necesario comenzar a tomar medidas cuanto antes’’. En España, con la puesta en marcha de 5.000 MW de nueva potencia eólica en 2020, las emisiones del sector eléctrico podrían disminuir en un 13% en 2020, respecto a 2017.
«A medio y largo plazo es necesario establecer unos objetivos para 2030 y 2050 acordes con el reto de descarbonizar el consumo energético español, y planificar el despliegue de las energías renovables. Para lograr una transición energética y cumplir con nuestro compromiso con el Acuerdo de París, es urgente tomar medidas en aquellos sectores que pueden reducir sus emisiones como el sector eléctrico, pero también el sector transporte y el residencial. En este sentido, la electrificación tanto del transporte como de la climatización tienen que empezar a avanzar con solidez”, aseguró.
En 2017, la energía eólica ha aportado el 18% de la electricidad en España, llegando a alcanzar el 50% de la electricidad en algunos meses del año.
Por su parte, José María González Moya, director general de APPA, aseguró también que ‘’la energía eólica será fundamental en la transición energética al haber alcanzado su competitividad con los precios actuales de mercado. El potencial que tiene España en términos de recurso, tejido industrial o capacidad exportadora la convierten en una de las principales protagonistas de nuestro sector energético durante la próxima década’’.