Biocombustibles
La CNMC fija un objetivo máximo del 7,2% de biocarburantes procedentes de cultivos agrícolas, de gran interés en Castilla y León

La CNMC ha sometido a información pública la Circular que regula la gestión del mecanismo de fomento del uso de biocarburantes y otros combustibles renovables con fines de transporte. Durante este proceso de audiencia pública, todos los agentes interesados podrán remitir a la CNMC sus alegaciones y su contribución a la mejora técnica de esta propuesta. Una vez finalizado el trámite de información pública, se analizarán las alegaciones de los agentes y se aprobará la circular definitiva.
Esta Circular desarrolla las disposiciones necesarias para que la Entidad de Certificación de Biocarburantes pueda ejercer sus funciones de acuerdo con la normativa vigente. Para ello, establece los requisitos que deberán cumplir los sujetos obligados para acreditar la titularidad de un mínimo de Certificados que les permitan cumplir los nuevos objetivos de biocarburantes. En concreto, un objetivo máximo del 7,2% de biocarburantes procedentes de cultivos agrícolas y un objetivo indicativo del 0,1% de biocarburantes avanzados, como indica el Real Decreto 1085/2015, de 4 de diciembre.
Asimismo, la Circular concreta una serie de aspectos operativos con el fin de dotar al sector de mayor seguridad jurídica y aumentar las garantías y la protección frente al fraude.
La CNMC aprobará en el plazo de dos meses tras la aprobación de la Circular el listado de materias primas que podrán ser empleadas en la fabricación de biocarburantes para que computen en el mecanismo de fomento.
Los almacenistas están obligados a remitir información anual sobre las salidas al territorio español del conjunto de sus instalaciones. Asimismo, deben identificar, como hacen los sujetos obligados, la alternativa utilizada para la acreditación de la sostenibilidad de cada una de las partidas.
La circular concreta el contenido y la documentación que deben remitir a CNMC para acreditar que los volúmenes de biocarburante vendidos en territorio español cumplen la normativa establecida en esta materia, así como los casos en los que no resultará necesario el envío de la misma.
La Universidad de Valladolid emplea un residuo de cerveza para la obtención de un carburante renovable muy parecido a la gasolina
Un grupo de ingenieros químicos y ambientales del Instituto de Procesos Sostenibles (IPS) de la Universidad de Valladolid (UVA) ha encontrado un nuevo uso a los residuos de la cerveza que tradicionalmente se desechaban. Han conseguido transformar estos residuos en una energía limpia, mediante procesos de fermentación a partir de microondas y agua.
El consumo de cerveza en España ha alcanzado cifras récord en los últimos años. En 2017, se consumieron 3 792 millones de litros de cerveza, según la Agencia Tributaria. Por cada 100 litros de cerveza producidos, se generan 20 kilos de residuos sólidos. Estos restos, con alto contenido en carbohidratos y proteínas, se emplean generalmente para la alimentación animal o como desechos. Un grupo de ingenieros químicos y ambientales del Instituto de Procesos Sostenibles (IPS) de la Universidad de Valladolid (UVa) ha encontrado un nuevo uso a estos restos que tradicionalmente se desechaban. Han conseguido transformar estos residuos en una energía limpia, mediante procesos de fermentación a partir de microondas y agua.
El grupo de investigación reconocido (GIR) de Tecnología de Procesos Químicos y Bioquímicos de la UVa ha publicado recientemente en la revista científica Chemical Engineering Journal un estudio que propone la valorización de un desecho, el bagazo de cerveza, para su transformación en combustibles renovables (biobutanol) y prebióticos (arabinoxilanos), que pueden ser empleados para la alimentación. Esta transformación constituye un ejemplo de economía circular en el que los residuos pasan a ser recursos, un concepto económico en el que se busca la sostenibilidad del medio ambiente a través de la reducción de residuos y la valorización de estos. El objetivo de la economía circular es la disminución del uso de recursos, consumo de energía y generación de residuos.
En el trabajo de investigación, el equipo científico usa bacterias para transformar los azúcares presentes en los residuos agrícolas como la cebada, en butanol. El proceso comienza con un pretratamiento que consiste en la aplicación de energía de microondas y agua al bagazo de cerveza, el residuo, para modificar su estructura. Las microondas son muy efectivas en esta fase del proceso ya que con ellas se consiguen temperaturas muy elevadas y por tanto, una forma más rápida de calentamiento. Una vez que la estructura del residuo queda modificada, las enzimas se encargan de liberar los azúcares simples necesarios para la fermentación. Así se obtiene el producto final: biobutanol, un biocombustible con características similares a la gasolina.
El biobutanol y sus beneficios
El biobutanol es un combustible renovable con un contenido energético similar al de la gasolina, que se puede emplear en motores de combustión con apenas modificaciones y mezclar directamente con este hidrocarburo. En este caso, el método empleado para su obtención solo usa como reactivo agua y energía de microondas. “Es un proceso limpio y respetuoso con el medio ambiente en el que se producen otras sustancias naturales de interés como son los arabinoxilanos, con potencial como prebióticos y propiedades antioxidantes y antimicrobianas”, explica la investigadora principal del proyecto Mónica Coca.
Uno de los mayores inconvenientes de la producción de biobutanol es el elevado coste de la materia prima. En ese sentido, han colaborado en el proyecto de investigación tanto la empresa vallisoletana de Cerveza Milana como con Mahou San Miguel, que han colaborado en el desarrollo del estudio facilitando los desechos necesarios para desarrollar la Investigación. El estudio cuenta con la financiación de la Junta de Castilla y León y FEDER a través del proyecto ‘Transformación de las fracciones lignocelulósicas del bagazo de cerveza en productos con valor energético y alimentario’.
Fuente: Gabinete de Comunicación Uva Universidad de Valladolid
Abengoa vende su planta de biocombustible de Salamanca al fondo Trilantic Europe

Biocarburantes Castilla y León, la filial de biocombustibles del grupo andaluz Abengoa con planta industrial en Babilafuente (Salamanca), cambia de manos. El fondo de inversión de capital riesgo Trilantic Europe ha llegado a un acuerdo con Abengoa ante su compleja situación financiera para la venta de su negocio de bioetanol en Europa por un importe de unos 140 millones de euros. Trilantic fue fundado en 2009 por cinco ex socios de Lehman Brothers y cuenta con sedes en Nueva York, Texas, Londres y Luxemburgo.
La operación incluye la venta de las acciones de las sociedades Abengoa Bioenergy France, Biocarburantes de Castilla y León, Bioetanol Galicia, Ecocarburantes Españoles y Ecoagrícola, según ha comunicado Abengoa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En total, Abengoa controlaba tres plantas en España (Salamanca, La Coruña y Murcia) y una en la localidad francesa de Lacq. La operación debe ser aprobada por la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC).
La planta industrial de Babilafuente cuenta con una capacidad instalada de 200 millones de litros anuales de bioetanol y una capacidad de producción de 120.000 toneladas de DGS anuales. El consumo de cereales previsto superaba el medio millón de toneladas al año, con un consumo de alcohol vínico y de otros estimado en 25 millones de litros. La planta ha llegado a contar en plantilla con 110 empleados.
Trilantic Europe es una gestora de fondos especializada en operaciones en Europa que gestiona unos 1.500 millones de euros en activos. Tras su acuerdo con la banca acreedora, Abengoa ha ido anunciando la venta de diferentes activos en los últimos meses, desde empresas de telecomunicaciones como Abentel hasta parques eólicos y plantas termosolares.
Las fuertes importaciones de carbón elevan la dependencia energética de España hasta el 97% en combustibles fósiles
España sigue siendo uno de los países de la Unión Europea con mayor dependencia energética del exterior ya que las importaciones de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) han aumentado en 17 puntos en los últimos 5 años. El 98% de estos combustibles fósiles se importan.
En el consumo global, la dependencia de los combustibles fósiles ha bajado ligeramente en los últimos años gracias sobre todo al empuje de las renovables, con la eólica y la fotovoltaica a la cabeza. Aunque en el sector el transporte, la dependencia del petróleo exterior sigue siendo casi total.
El aumento de la dependencia energética del exterior en cuanto a los combustibles fósiles tiene su explicación en el menor consumo de carbón nacional, como bien han comprobado en los últimos años las minas de Castilla y León y las centrales térmicas ubicadas en el territorio de la comunidad.
La Unión Europea también sufre esta dependencia energética ya que la importación de gas, petróleo y carbón de sus 38 estados miembros ha pasado del 53% en el año 1990 al 73% actual.
El sector de los biocarburantes pide al Ministerio más cupos para prepararse ante futuras importaciones de Argentina o Indonesia
APPA Biocarburantes ha solicitado de forma urgente al Ministerio de Industria la prórroga en la asignación de las cantidades de producción de biodiésel en plantas españolas que concluía el pasado 4 de mayo.
Aunque el Ministerio está facultado para prorrogarlo otros dos años, al igual que lo han hecho en otros mercados como Francia o Portugal para proteger a sus plantas industriales frente a futuras importaciones masivas de terceros países de biodiésel a bajo precio desde Argentina o Indonesia.
Según el presidente de APPA Biocarburantes, “esta medida resulta fundamental para que la industria española del biodiésel pueda consolidar la mejoría experimentada estos últimos años, afianzar su competitividad, mantener el empleo y contribuir a la diversificación energética”.
El sector de los biocarburantes, que ha atravesado en España y en Castilla y León todo tipo de problemas durante los últimos años, está a la expectativa de ver qué decide la Organización Mundial de Comercio o el propio Tribunal de Derecho de la Unión Europea sobre los derechos antidumping aplicados en Europa para protegerse frente a las importaciones de biodiésel desde Indonesia y Argentina, entre otros países productores.
El aumento de producción en las plantas españolas ha provocado que los precios de los biocarburantes no subieran justo cuando el precio de los carburantes convencionales estaba bajo por el precio del barril de petróleo.
Mientras, la incertidumbre en el sector de los biocarburantes es aún mayor en Castilla y León por el futuro de la planta salmantina de Abengoa en la localidad de Babilafuente. La idea del grupo sevillano, con una grave crisis societaria y financiera de deuda, es vender todo su grupo de la división de bioetanol, compuesto por cuatro plantas en España y dos en Europa.
Ilustración: J.C.Florentino
La falta de liquidez de Abengoa puede afectar a la entrega de cereal a su planta de bioetanol en Salamanca
Los ecos de las noticias que llegan sobre la complicada situación financiera –en preconcurso de acreedores– de la multinacional andaluza Abengoa resuenan con fuerza en la localidad salmantina de Babilafuente.
Allí, en el mes de junio del 2013, la compañía inauguró a través de su filial Biocarburantes de Castilla y León S.A. una de las mayores plantas de bioetanol de España, basada en la tecnología Waste to Biofuels (W2B) para tratar hasta 25.000 toneladas de residuos sólidos urbanos con los que producir bioetanol mediante un tratamiento de fermentación e hidrólisis enzimática.
La planta también compra cada campaña miles de toneladas de maíz para la producción de biocombustibles, entre el 20 y el 25% de la producción de la provincia de León, según datos de la Lonja Agropecuaria de León. Esta última área, la de cereales, es la que ha permanecido más activa en los últimos meses.
Lo que más preocupa en la zona es la falta de liquidez del grupo que puede afectar a la filial castellano-leonesa. Abengoa negocia actualmente a varias bandas tanto la entrada de un grupo industrial –tras la marcha atrás del vasco Gonvarri– y sobre todo con la banca acreedora, con el Santander a la cabeza, para conseguir 400 millones de euros para hacer frente a los pagos inmediatos del próximo trimestre.
La factoría ha llegado a contar hasta con un centenar de trabajadores aunque en los últimos meses había bajado hasta 90. La no renovación de contratos ha puesto en alerta a la plantilla.
En los últimos meses, la planta ha funcionado a un alto rendimiento, con más de 60 toneladas de maíz a la hora durante todo el día, para superar el medio millón de toneladas de cereal al año. Los productores y almacenistas de cereal de la zona ya han asegurado que de no garantizarse el cobro de la materia prima no realizarán más entregas.
Un problema añadido para la planta salmantina es que no forma parte de la filial de renovables del grupo, Abengoa Yield, de la que el grupo sevillano mantiene el 47% de las acciones. Esta filial, con domicilio en Reino Unido, cotiza en la Bolsa de Nueva York y da dividendos trimestrales. Abengoa traspasó a dicha empresa una buena parte de sus activos renovables en España, como sus plantas termosolares de Extremadura, así como negocios de tratamiento de aguas.
En la negociación con la banca acreedora, varias entidades han asegurado que solo darán una línea de crédito a Abengoa –de entorno a 300 millones de euros- si ofrece como aval su participación en Abengoa Yield.
Foto: Planta de bioetanol de Babilafuente en Salamanca