colisión de aves

Electrocución y colisión de aves en líneas eléctricas aéreas

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Texto:
Jesús Lozano Torrescusa
Ingeniero Mecánico y Electrónico de la Unidad de Energía de Arram Consultores, SL

1.INTRODUCCIÓN

Las líneas eléctricas aéreas son esenciales para el suministro de energía, pero representan un grave riesgo para las aves, siendo una de las principales causas de mortalidad no natural. Los accidentes por electrocución y colisión afectan tanto a grupos de aves jóvenes como adultas, lo que puede llevar a cambios en la distribución geográfica de especies abundantes y, lo que es más crítico, comprometer la supervivencia de especies escasas y amenazadas. Las aves más vulnerables suelen tener poblaciones bajas, bajo potencial reproductor y larga esperanza de vida, lo que hace que su estabilidad dependa de una alta supervivencia adulta.

En España, la mortalidad avícola varía significativamente, con casos que van desde menos de una víctima por kilómetro hasta más de 500. Las electrocuciones oscilan entre 0,005 y 4,8 por apoyo. Muchos cadáveres no se encuentran debido a la vegetación y carroñeros. Es crucial abordar este problema mejorando el diseño de las líneas eléctricas y adoptando medidas preventivas para proteger a las especies avícolas en riesgo.

2. ELECTROCUCIÓN DE AVES

La electrocución de aves en líneas eléctricas ocurre cuando un ave establece contacto simultáneamente con dos conductores o con un conductor y una parte metálica conectada a tierra. El riesgo aumenta en componentes metálicos, como crucetas o transformadores. Aunque posarse en un solo conductor no genera electrocución, el contacto entre puntos con diferentes tensiones permite que la corriente fluya a través del cuerpo del ave, causándole daños por calor, quemaduras y lesiones internas. Las aves de tamaño medio o grande, como cigüeñas, rapaces y córvidos, son especialmente vulnerables, ya que utilizan las líneas eléctricas para cazar, descansar o anidar. Las plumas son malas conductoras, por lo que las partes desnudas del cuerpo, como las patas, el pico y la piel de las alas, son las más expuestas. Además, en condiciones de humedad, el plumaje mojado aumenta el riesgo de electrocución debido a la mayor conductividad del agua.

La estructura y diseño de las infraestructuras eléctricas son clave para prevenir la electrocución de aves. Las líneas de hasta 45 kV representan un alto riesgo, especialmente con crucetas que facilitan el contacto con elementos en tensión. Los diseños más seguros maximizan la distancia entre las zonas de posada y los conductores. Las líneas de mayor tensión tienen menor riesgo debido a su mayor separación entre conductores, aunque pueden ocurrir incidentes como arcos eléctricos o choques simultáneos de aves. Para prevenir electrocuciones en aves en líneas eléctricas, es fundamental considerar las distancias de la Tabla 1. Éstas deben evitar el contacto entre partes desnudas del ave, como las muñecas de las alas y las patas. En climas húmedos, se deben contemplar distancias mayores para garantizar seguridad, especialmente en aves grandes.

Afortunadamente, los accidentes por electrocución de aves se concentran en pocos apoyos, identificándose zonas de alto riesgo o «puntos negros», generalmente cercanos, con alta densidad de presas, ecotonos, escasos posaderos naturales y concentraciones de aves, como vertederos y humedales. En la Imagen 1 se puede observar un Milano negro apoyado en una cruceta de una línea eléctrica.

Foto: Milano negro “Milvus migrans”.  (Autor: Jesús Lozano)

Medidas preventivas para evitar la electrocución de aves

Las medidas para prevenir la electrocución de aves en líneas eléctricas se clasifican según el momento de adopción (preventivas o correctoras), durabilidad (permanentes o temporales) y efectividad (parciales o totales). Pueden ser estructurales, como modificaciones físicas en las infraestructuras, o no estructurales, menos invasivas. Entre las soluciones destacan la planificación del trazado para evitar áreas sensibles, el enterramiento de líneas, y el uso de conductores aislados. También son clave el diseño de crucetas seguras y aumentar la separación entre elementos. Además, los dispositivos antiposada y los elementos de aislamiento, si se instalan y mantienen correctamente, ayudan a reducir la mortalidad aviar y mejorar la seguridad de las infraestructuras eléctricas.

En la Tabla 2 se representa un resumen de las medidas más comunes para prevenir o mitigar las electrocuciones, junto con su eficacia y otras características.

Por lo tanto, es crucial evaluar y mantener adecuadamente las medidas implementadas para proteger la avifauna de las infraestructuras eléctricas. Un enfoque integral, combinando diversas estrategias y adaptándolas a cada situación, junto con la concienciación y colaboración de los sectores involucrados, es clave para garantizar la seguridad y la conservación de la biodiversidad.

3.COLISIÓN DE AVES

Las líneas eléctricas presentan otro riesgo para la avifauna como es el de colisión para las aves, especialmente en condiciones de baja visibilidad. Estas colisiones de aves están influenciadas por varios factores. Así, el diámetro de los conductores, especialmente los conductores finos como el de tierra, aumenta el riesgo, ya que son menos visibles. La estructura y altura de las líneas, sobre todo las de varios niveles, dificultan la maniobrabilidad de las aves, que tienden a elevar su vuelo hacia las líneas más altas. Además, las aves gregarias y con menor capacidad de maniobra, como grullas, cigüeñas o palomas, son más vulnerables. Su limitada percepción de profundidad también contribuye a la falta de detección de estos obstáculos. Esto, junto con ángulos muertos en rapaces, aumenta el riesgo de colisiones. Los factores que influyen en su vulnerabilidad incluyen:

  • Características morfológicas: la maniobrabilidad en vuelo varía según el tamaño y forma de las alas, siendo las aves menos maniobrables, como las avutardas, más propensas a colisiones.
  • Edad, sexo y condición física: los jóvenes y los machos son más susceptibles, al igual que las aves debilitadas.
  • Comportamiento en vuelo: las aves gregarias tienen más riesgo, aunque pueden detectar obstáculos más rápidamente.
  • Hábitos circadianos: las especies que vuelan al amanecer y al atardecer enfrentan mayor riesgo, mientras que las nocturnas son menos afectadas.
  • Desplazamientos diarios y estacionales: las colisiones son más comunes durante movimientos diarios que en migraciones, aunque las aves migratorias a baja altura pueden ser vulnerables.

En cuanto a los factores ambientales, el relieve puede concentrar rutas migratorias y aumentar el riesgo de colisiones, mientras que espacios abiertos y condiciones meteorológicas adversas, como niebla o lluvia, reducen la visibilidad. Las actividades humanas también provocan vuelos evasivos, elevando el peligro de accidentes.

Medidas preventivas para evitar la colisión de las aves

Para abordar este problema, Red Eléctrica de España ha implementado desde 2010 un proyecto que cartografía los corredores de vuelo de aves sensibles. Esto permite identificar áreas de riesgo y tomar decisiones sobre nuevos proyectos y acciones correctivas, como la señalización de los conductores con dispositivos anticolisión en las zonas prioritarias.

Además, existen otras medidas para reducir las colisiones de aves con líneas eléctricas que se dividen en preventivas y correctoras, y pueden ser permanentes o temporales, estructurales o no. Algunas estrategias incluyen:

  • Planificación y enterramiento de líneas.
  • Uso de conductores aislados: los conductores trenzados en un haz aumentan la visibilidad.
  • Manejo del hábitat: crear nuevas zonas de alimentación puede ayudar a desviar aves.
  • Modificación de líneas: algunas medidas estructurales son poco viables técnica y económicamente.
  • Señalización: instalación de balizas, o «salvapájaros», es la medida más común, aunque los elementos móviles y reflectantes son más eficaces.

En Tabla 3 se representa un resumen de las medidas más comunes para prevenir o mitigar la colisión de las aves, junto con su eficacia y otras características.

Finalmente, para la señalización de líneas eléctricas, es crucial realizar un estudio específico que identifique tramos de alto riesgo, siguiendo la normativa legal. Las situaciones a considerar incluyen:

  • Líneas a menos de 1 km de humedales y vertederos donde se concentran aves.
  • Líneas dentro de 3 km de plataformas de nidificación de especies destacadas como el alimoche.
  • Líneas cercanas a colonias de aves coloniales, dormideros de aves gregarias y zonas de nidificación de especies amenazadas.
  • Líneas en áreas con concentraciones de aves esteparias o que crucen cauces fluviales utilizados por aves migratorias.
  • Líneas situadas en corredores migratorios y en zonas donde han ocurrido colisiones previas.

4.CONCLUSIÓN

Las líneas eléctricas constituyen una amenaza considerable para las aves, siendo especialmente vulnerables las especies de mayor tamaño y las que presentan comportamientos gregarios. La electrocución y las colisiones, agravadas por factores como el diseño de las infraestructuras y las condiciones ambientales, impactan negativamente en las poblaciones aviares y en la biodiversidad. Para mitigar estos riesgos, es esencial implementar diseños más seguros en los apoyos eléctricos y adoptar medidas de señalización en áreas críticas. La planificación cuidadosa y el mantenimiento de estas medidas son fundamentales para proteger a las aves. Además, la sensibilización y la investigación continua son claves para fomentar prácticas que promuevan la coexistencia entre las infraestructuras eléctricas y la fauna aviar, contribuyendo así a la conservación de los ecosistemas.