La reapertura de la Central Nuclear de Garoña, pendiente de los pactos políticos
La reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña, en la provincia de Burgos, también está muy pendiente de la formación del Gobierno y de los posibles pactos, que harían decantarse por su reapertura o su cierre definitivo dependiendo del desenlace. Y del color del futuro Ministro de Industria.
El actual Ministerio de Industria –ahora en funciones– ha respaldado con hechos su reapertura como queda claro en el Informe de Sostenibilidad ambiental de la planificación del sector eléctrico 2015-2020 conocido el pasado verano.
En relación a la generación nuclear, el informe de la Secretaria de Estado de Energía aseguraba que “se mantiene la potencia actual, con la salvedad de la puesta en servicio de Santa María de Garoña, que reanuda su funcionamiento en 2016”.
La central –de 466 megawatios– permanece parada desde finales del 2012 tras aprobar su desconexión la empresa propietaria –Nuclenor– en la que comparten accionariado Endesa e Iberdrola.
El respaldo ministerial –pendiente de la nueva formación de Gobierno– a su reapertura debe ser refrendado técnicamente por temas de seguridad por el Consejo de Seguridad Nuclear que en las últimas semanas no ha abordado el asunto pese a estar previsto.
El futuro de la Central de Garoña no sólo preocupa en Castilla y León. La Diputación Foral de Álava se ha mostrado contraria de forma tajante a la autorización que el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ha concedido al almacén temporal de residuos de la central. Con esta autorización, la Central podría acoger hasta 32 contenedores de residuos nucleares. A la negativa de la Diputación Foral también se une la del ejecutivo vasco.
Los problemas surgidos en torno a la construcción del almacén de residuos centralizados en Villar de Cañas (Cuenca) ha acelerado el interés de las centrales activas en contar con sus propios almacenes individualizados.
Ilustración: J.C.Florentino