El riego inteligente se abre paso entre las 448.000 hectáreas de regadío de Castilla y León para ahorrar energía

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La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) está desarrollando un proyecto europeo para promover un sistema de riego inteligente que pueda ahorrar hasta un 30% de energía y hasta un 30% de agua, sin perjuicio de la calidad de los productos producidos.

La financiación corre a cargo de la Unión Europea, a través del proyecto Life Irriman, y cuenta con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y diversas universidades españolas.

Un proyecto de gran importancia en Castilla y León porque según los datos de la Encuesta de Superficies y Cultivos del Ministerio de Agricultura, la región dispone de 448.000 hectáreas de regadío. En la última década el número de hectáreas de riego agrícolas ha crecido en más de 12.000.

Desde Fenacore se recuerda que desde que se suprimieran las tarifas especiales para regadío en el año 2008, el término de potencia de las mismas ha aumentado en torno a un 1000% con lo que ha encarecido la media de las facturas en un 100%.

El objetivo último del proyecto Irriman, que ya se ha testeado en zonas de riego de Murcia y de la provincia de Córdoba, es mediante un algoritmo indicar al agricultor cómo, cuándo y cuánto debe regar para así conseguir el mayor ahorro posible de energía y agua.

Para atender a las demandas de los regantes, el Ministerio de Agricultura pactó junto con Hacienda una fiscalidad eléctrica más ventajosa mediante la rebaja de los módulos, que ha supuesto para el sector una rebaja media de 54 millones de euros al año. Aunque según Fenacore, aún no compensan el sobrecoste de unos 300 millones de euros en tarifas eléctricas pagadas por los regantes en estos últimos ocho años desde la supresión de las tarifas especiales.

El apoyo a sistema de fotovoltaica para autoconsumo también resultan claves en la estrategia de los regantes españoles de cara al futuro, a través de otros proyectos europeos como el denominado Maslowaten. Y también, conseguir que la potencia contratada en un contrato se pudiera modificar dos veces al año.

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