El 60% de todas las redes de calor en 2021 y 2022 se encuentran en Cataluña y Castilla y León

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Según datos de AVEBIOM, Cataluña es la comunidad autónoma que cuenta con el mayor número de redes de calor en funcionamiento, con 213 instalaciones. Más de la mitad de estas infraestructuras (58%) se ubican en municipios de menos de 5.000 habitantes, dando servicio principalmente a edificios públicos como centros docentes, ayuntamientos, centros culturales, sociales o deportivos y residencias de mayores.

Un tercio de estas redes son promovidas por las diputaciones provinciales, que se han convertido en los principales impulsores de estas infraestructuras. Las razones de su éxito son claras: han convencido a los municipios con un excelente trabajo educativo y de divulgación tanto a la ciudadanía como a los responsables técnicos y políticos de la propia administración local, aprovechando eficazmente fondos públicos europeos para financiar y dar viabilidad a los proyectos y, sobre todo, dando respuesta a problemas socioambientales tan acuciantes como la reducción de emisiones, la gestión y aprovechamiento de los bosques, la prevención de incendios y la despoblación del rural.

Fruto del éxito y de la experiencia de estas iniciativas, algunos municipios han seguido fomentando la construcción de nuevas redes. De las 100 redes existentes en Barcelona se ubican en 81 municipios, o que Girona dispone de 66 redes en 56 municipios.

Para abastecer a algunas de estas redes públicas se han construido centros logísticos de biomasa distribuidos por toda la geografía catalana. Disponen de este tipo de instalación las comarcas del Vallès, de la Cerdanya, de Pallars Sobirà, de Alt Ribagorça o de Alt Urgell, entre otras.

-En Castilla y León. Castilla y León es la segunda comunidad autónoma en número de redes de calor, pero la que dispone de mayor potencia instalada. Hasta el momento, dos entidades se distinguen en la promoción, construcción y gestión de las redes de calor con biomasa: la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (SOMACYL) y la empresa Recursos de la Biomasa, S.L. (REBI).

REBI, que está detrás de la construcción de 6 grandes redes de calor urbanas en Castilla y León y Castilla-La Mancha, destaca además por sus iniciativas para aprovechar el calor residual de tres cogeneraciones para las redes de calor con biomasa de Soria y de Aranda de Duero. Son los primeros aprovechamientos de gran envergadura que se incorporan junto a la biomasa y muestran las enormes posibilidades de la integración de diversas fuentes de energía renovable en este tipo de instalación.

La labor de la empresa pública SOMACYL es relevante por sus proyectos de redes de calor con biomasa que suministran a barrios enteros en distintas ciudades de Castilla y León. En este sentido, y para lograr una mayor participación de diferentes empresas, ha iniciado el procedimiento de homologación de suministradores de energía térmica para las redes de distrito “Valladolid Oeste” y “Huerta del Rey”. Para ambas infraestructuras, que acumularán una potencia superior a 55 MW, se crea la figura del suministrador homologado que será el encargado del suministro y venta final de la energía térmica útil de las citadas redes de calor a los edificios privados, de uso residencial o terciario.

En estos momentos, algunas de las redes de mayor tamaño siguen ampliándose y otras instalaciones de gran potencia se encuentran en diferentes fases de construcción y se inaugurarán este otoño o a lo largo del año 2023.

Por ejemplo, en polígonos industriales: el complejo BIOCEN, situado en el polígono industrial de Villalonquéjar, en Burgos, realiza su tercera ampliación con una nueva caldera de 4,9 MW; y se pondrán en funcionamiento una red en Miajadas (Cáceres) y otra en el complejo industrial de AIRBUS en Illescas (Toledo).

Sería muy interesante lograr el compromiso de las empresas asentadas en polígonos industriales para aprovechar sinergias en el uso de la energía a través de comunidades energéticas o agrupaciones similares, utilizar energías renovables y así aumentar la eficiencia global. En muchos casos, la biomasa y el biogás podrían aportar una buena parte de la demanda térmica, mientras que la fotovoltaica, instalada en todas las cubiertas, se encargaría del suministro eléctrico.

En el ámbito urbano, las redes de localidades como Valladolid, Soria, Guadalajara o Aranda de Duero (Burgos) aumentan su tamaño con la incorporación de nuevos edificios públicos y nuevas comunidades de vecinos. Ahora, con las incertidumbres energéticas planteadas tanto en el precio como en el suministro, la incorporación de nuevas viviendas se ha acelerado, mostrando que el sector doméstico quiere afrontar el próximo invierno con garantías en el suministro y en mejores condiciones económicas, que son ventajas distintivas de las redes de calor.

Este otoño se inaugurarán las nuevas redes de calor de Palencia. Una en el Campus Universitario de La Yutera (Universidad de Valladolid) y otra en el casco urbano de la ciudad, dando servicio en su primera fase al barrio del Campo de la Juventud.

Comenzará a funcionar también la Central de Ponferrada (León), que, después de tres años de finalizada su construcción, cuenta con todos sus permisos regularizados. También estará a punto la red del barrio de Txantrea, en Pamplona y la del barrio de A Residencia en Lugo.

En breve, también comenzarán a construirse varias redes como la nueva red VALLADOLID-OESTE, que ha sido diseñada para una capacidad de producción de energía térmica de 130,53 GWh útiles/año; la de la ciudad de Cuenca para 100 GWh útiles/año, y posiblemente otras en las ciudades de Ávila, Burgos, León, Huesca y Lugo.

Además, se prevé que arranquen otros proyectos, uno en Medina del Campo (Valladolid) y el que contempla nueve redes en siete municipios de la Comarca de la Sierra de las Nieves en Málaga, promovidos por la Diputación de Málaga.

En cuanto a instalaciones en el sector público, destaca el inicio de la construcción de una red de calor con biomasa en el centro penitenciario de Puig de les Basses, en Figueres (Girona). Esta infraestructura irá acompañada de un centro logístico de biomasa que dará trabajo, cada año, a 14 internos en régimen abierto, fomentando así la reinserción sociolaboral de las personas que han pasado por la prisión. Los centros penitenciarios se asemejan a ciudades a pequeña escala en relación a la gestión y consumo de energía. Actualmente solo existe un centro con una red de calor con biomasa, en Soria.

Por último, en el sector turístico, señalar que la conexión a redes de calor y frío con biomasa es una solución energética con un gran potencial, por su eficiencia, coste y por compromiso social y medioambiental. Baleares, Canarias y, en general, la costa mediterránea continental, podrían aprovecharla para abastecer de calefacción y ACS a los hoteles y climatizar muchas de sus piscinas y spa.

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