Los ayuntamientos podrán rebajar el IBI hasta un 20% a las viviendas con mejor certificación energética
El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) le puede hacer un gran favor al ahorro energético en España. Según una encuesta realizada por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), solo un 36% de los ciudadanos tendría en cuenta la certificación energética de los edificios a la hora de vender o alquilar una vivienda. Pero a partir de 2016 tendrán que prestarle más atención porque la misma tendrá mucho que ver en el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
El Ministerio de Hacienda está dispuesto a permitir que los ayuntamientos puedan rebajar hasta un 20% el IBI para las propiedades que más energía ahorren, las de la letra A. Para las que tengan una calificación B, recibirán una bonificación de hasta el 16% y si es C puede llegar al 12%. Mientras, las viviendas con la letra D podrán llegar a rebajarse hasta el 8% y un 4% si han conseguido la E.
Para incentivar el ahorro y la eficiencia energética, aquellas casas que tengan peores resultados (letra F y G) o que no tengan todavía solicitado el certificado, no tendrán derecho a ninguna rebaja. Desde el próximo 1 de enero, los ayuntamientos podrán poner en marcha estos descuentos. Sólo se podrán aplicar los descuentos a aquellos pisos y viviendas que dispongan de certificación energética en el año en curso que se cobre el IBI.
Desde la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (ANERR) consideran que esta iniciativa puede incentivar las reformas para la mejora de la eficiencia energética en las viviendas. Entre las medidas más sencillas para mejorar en alguna letra la calificación energética de inmueble destacan los cambios de las ventanas por marcos de PVC y vidrios dobles o la instalación de calderas de condensación de alto rendimiento. Ambas medidas pueden llegar a suponer un ahorro medio de más del 30% anual sobre la factura habitual en una vivienda de 90 metros cuadrados.
Donde los expertos creen que hay más margen de mejora es en las viviendas que disponen de peor calificación, las de la letra F y G. Aunque todo tiene su coste. Pasar de una letra G a una C costaría por medio cuadrado útil una media de 350 euros: pasar de la C a la B, unos 200 euros y de la B a la A, unos 150 euros por metro cuadrado.
Según las estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), las viviendas en España pueden mejorar su eficiencia energética hasta un 50%. Hay que tener en cuenta que ocho de cada diez edificios españoles tiene una certificación energética E o menor.